Ramiro Aguilar
Redacción, Leyla Piedad Escobar
Lasso debe ser menos neoliberal
porque no tiene los votos necesarios para que en la Asamblea Nacional se aprueben
las leyes que proponga, sostuvo Ramiro Aguilar, analista político al abordar el
tema: “El escenario post electoral: desafíos”, en el programa La Oreja
Libertaria, que se difunde por Pichincha Universal.
Todo depende de cuan neoliberal
quiera ser Lasso y cuan neoliberal se le permita ser. Está obligado a ser menos
neoliberal, no que no sea neoliberal, pero tendrá que ser lo menos y la
Revolución Ciudadana y los demás partidos tendrán que ser menos radicales en su
oposición, sin transigir con el neoliberalismo, pero sí pensando en la
gobernabilidad, porque al final del día, lo verdaderamente importante es sacar
al pueblo ecuatoriano de la crisis económica y sanitaria, agregó, en el espacio
radial producido por el colectivo Espejo Libertario.
Sacarlo de la crisis moral será
un camino más largo, que significará regresar a la institucionalidad, tener una
Contraloría que no pase por el bochorno de tener un Contralor autodesignado,
ilegítimo, acotó.
Las fuerzas políticas en juego
deberán aprender a moverse en un escenario de diálogo, de encuentro, esperemos
que eso ocurra y que todos jueguen a lo mismo. No será interesante para el
país, ni beneficioso que Lasso extreme su neoliberalismo y que la Conaie y
Pachakutik jueguen a la inestabilidad, advirtió Aguilar.
El reto para el presidente
neoliberal es ver si le alcanza el escenario para aplicar las medidas que ha
propuesto y terminar de implementar las medidas del Fondo Monetario
Internacional.
Hay que ver si las medidas que
Lasso envíe a la Asamblea son extremadamente neoliberales y si los legisladores
de Pachakutik, Izquierda Democrática y Revolución Ciudadana terminan dándole el
sí. No hay que descartar el escenario de
no gobernabilidad, de disolución de la Asamblea si ésta se pone intransigente.
Lasso tiene este momento suficiente apoyo como para intentar una cosa de esas,
aseguró.
Tendiendo puentes
Ante la posibilidad de acuerdos
de gobernabilidad que se podrían dar, dijo Aguilar, hemos visto al ex
presidente Rafael Correa, en declaraciones, como líder de la Revolución
Ciudadana (con 48 asambleístas elegidos) que tiende un puente en el escenario
de gobernabilidad y esta actitud tiene cierta lógica, en la medida en que el
gobierno de Lasso lo acepte.
De acuerdo con Aguilar, del otro
lado hay un movimiento político que no entendió la dimensión histórica del
momento y la complejidad política del país (Conaie y Pachakutik), y podría
estar intentando una vuelta a un escenario político volátil.
Recordó que esas organizaciones jugaron
al voto nulo primero, luego podría ser para el gobierno, en la Asamblea, una
piedra en el zapato si busca imponer un presidente, o un escenario de
co-gobierno que al presidente no le interese, no le convenga o no quiera.
Estos acuerdos de gobernabilidad,
según el analista, no hay que descartarlos y no significarían tranzar con el
neoliberalismo, pero sí dar un escenario de gobernabilidad, donde cedan el
gobierno y también la Revolución Ciudadana.
Se podría llegar a una relación
si bien no armónica, al menos no fracturada, no conflictiva en la Asamblea, es
un escenario de mucha expectativa, afirmó Aguilar ante las preguntas planteadas
por los periodistas Luis Onofa y Leonardo Parrini, conductores del programa.
Hablar con otros sectores
En este ambiente de diálogo Lasso
tiene que sentarse a conversar con las fuerzas que están representadas en la
Asamblea. Olvidémonos un poco de las cámaras, de los sectores gremiales, éstos
son actores importantes, pero no tienen los votos, dijo.
A diferencia de Moreno, Lasso no
es traidor, ha propuesto un plan que representa a la derecha y no hay que
olvidar que Lasso, personaje neoliberal, gana las elecciones sin ocultar su discurso;
la democracia es así, a diferencia de Moreno que ganó la elección con un plan
distinto a aquel que terminó ejecutando, sostuvo Aguilar.
Recordó que estamos en tal crisis
que hay que entrar a gobernar desde el día uno, el país vive una crisis
sanitaria, se necesita el servicio público de la salud; un país que tiene 50
mil niños que no pudieron acceder a la educación porque no tienen conectividad
por la pandemia, necesitan el servicio público de la educación; se necesitan
servicios de seguridad, de seguridad
social y los otros servicios públicos básicos.
En ese escenario el ciudadano que
no sabe mucho de banderas políticas, sino de eficiencia en la prestación de los
servicios, va a exigir desde el día uno al gobierno de Lasso que sea efectivo
en la prestación de servicios públicos y no hay forma de prestar servicio
público si no se lo financia y no existe forma de financiar el servicio público
si no es vía tributo, aseveró.
Allí viene la paradoja del
neoliberalismo: si atiende los servicios públicos en la medida que necesita la
sociedad deberá necesariamente financiar los impuestos y dar esos recursos para
el gasto público o la inversión social; pero si se debilita la prestación de
los servicios públicos en un país con tal crisis, lo que va a suceder es que
perderá popularidad muy rápido, en un país en el que todos queremos
tranquilidad y un lugar en el que se pueda trabajar y vivir en paz, concluyó.
FRASES SUELTAS QUE TAMBIÉN SE
DIJERON
El gobierno de Lasso, tiene tres
alternativas,
1.- ser un gobierno popular
independientemente de que se apoye en el populismo o se apoye en una eficaz
administración del estado.
2.- Ser un gobierno impopular, es
decir que cumpla a rajatabla la agenda neoliberal, independientemente de que
pierda simpatía;
3.- Puede ser antipopular y tener un matiz: ser
impopular pero no represivo, a quien no le interesa las agendas de distribución de la riqueza, eliminación de
las brechas de pobreza, etc.
OTRAS FRASES
-
Finalmente, un voto marcadamente
anticorreista terminó dando el triunfo a un candidato neoliberal.
-
En materia electoral el objetivo es
ganar la elección, cuando uno pierde la elección, perdió, es una derrota; no
hay términos medios.
-
En democracia y en política no son
absolutas las derrotas si uno se mantiene activo en el debate democrático y la
representación popular.
-
Ha terminado el enfrentamiento por la
Presidencia de la República, pero empieza un enfrentamiento diario, propio de
la actividad parlamentaria, en la
Asamblea Nacional y ésta no está polarizada.
-
Lo sucedido en las elecciones es un
fenómeno político muy curioso. La derecha gana la Presidencia de la República,
pero no tiene ni de lejos mayoría en la Asamblea Nacional, al menos en la
forma.
-
El voto nulo es otro mito que se cayó en
la elección del 11 de abril por el hecho de que al ecuatoriano le gusta
sentirse mandante.
-
Si la Fiscal logra impedir que Moreno huya
del país y sea procesado por la innumerable cantidad de razones que existen
para que sea procesado sus bonos y créditos subirán.
-
Moreno es detestado por el 98% del
pueblo ecuatoriano.
-
Los servicios públicos fueron
desmantelados por Moreno. El neoliberalismo que gobernó con Moreno lo hizo tras
bastidores usando un artefacto llamado Moreno que manipulaba a su antojo, un
traidor.
-
En la campaña se puede ser muy locuaz,
pero en el ejercicio del poder se tienen dos limitaciones; una los recursos que
posee y otra la necesidad de prestar el servicio público que el ciudadano
demanda.
-
Las demandas de las minorías como los
derechos de los del GLBTI y los ambientalistas, no los va a topar y no lo va a
hacer porque su objetivo a corto y mediano plazo es dar la imagen de ser un
gobierno eficiente y eficaz y para qué se va a crear problemas con temas que
altamente conflictivos que riñen con su propia concepción de la vida, con su
concepción política y filosófica, incluso con su propia concepción religiosa.
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El populismo en política es un concepto
talla única que los politólogos aún no alcanzan todavía a definirlo con
exactitud, puede ser de derecha o izquierda.
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Puede ser que el gobierno de Lasso ancle
al populismo, sin duda, es una opción que termina también teniendo un recorrido
corto, vamos a ver de dónde saca los recursos.
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Para la derecha el tema cultural es casi
folclórico.
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La derecha la ve a la cultura como un
gasto y todo gasto es innecesario, frívolo, para la derecha la cultura es una
frivolidad, porque frívola es la derecha.
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La cultura en el progresismo es muy fuerte
porque hace hincapié en las raíces profundas de los pueblos.