Por Rocío Villacís
De conformidad con el artículo 147 de la Constitución de Ecuador,
en su numeral 14, que estipula las
atribuciones y deberes del Presidente de la República, el mandatario
Lenin Moreno, ha convocado a una consulta popular,
Decenas de organizaciones
políticas y sociales hicieron llegar a la Presidencia de la República,
alrededor de 450 propuestas. La consulta, según el Secretario de la Gestión
Política, Miguel Carvajal, tendrá aproximadamente 8 preguntas y se realizaría a finales de diciembre próximo
o los primeros días de enero de 2018.
El Presidente Lenin Moreno
sostiene que la consulta “recuperará la esencia de la Constitución de
Montecristi, aprobada en 2008”, pero otras voces cuestionan este evento, porque
consideran que es una respuesta a la demanda del ex candidato presidencial
Guillermo Laso, la derecha bancaria y
grupos de extrema de izquierda que intentan cerrarle el paso a la posible
elección de Rafael Correa, los comicios del 2021. Además, creen que no amerita hacer
una consulta que le costará al país unos USD 60 millones, cuyo propósito
principal es “terminar con el correismo”, cuando ese dinero podría emplearse en
satisfacer necesidades apremiantes que
tiene el pueblo ecuatoriano.
El presidente del Consejo
Nacional Electoral (CNE), Juan Pablo Poso, explicó que una vez que el
presidente Moreno remita las preguntas de la consulta a la Corte
Constitucional, ésta tendrá que dar un dictamen en un plazo, cuya extensión es
facultad de ella; luego volverá al Ejecutivo, que emitirá un decreto ejecutivo, en el que ordenará al Consejo Nacional Electoral llamar a la consulta y
organizar la misma.
Para comprender mejor esta
herramienta de gobernabilidad, su
caracterización y sus diversos entramados, conversamos con el historiador y
analista político, Juan Paz y Miño.
P.- El anterior 18 de septiembre, el mandatario ecuatoriano, Lenin Moreno, anunció una consulta popular. Algunos analistas afirman que este evento se da por
la presión de la derecha y la extrema izquierda ¿Cuál es su criterio respecto?
R.- El presidente Moreno tiene todo el derecho a convocar a una
consulta popular, naturalmente lo que inquieta es el tipo de preguntas. Hasta
la presente, ha existido una posición
de clara ventaja y más fuerte de los grupos de élite
económica- empresarial y de derecha, que quieren conquistar a través de la
consulta algunas cosas: no a la reelección indefinida del presidente. Ese es un
asunto menos importante que el segundo: quieren acabar con el Consejo de
Participación Ciudadana y Control Social, porque éste es el que, en definitiva,
designa a una serie de autoridades del Estado que son muy importantes, como Procurador, Contralor, Superintendentes,
Fiscal, Consejo Nacional de la Judicatura, Corte Constitucional, Consejo
Nacional Electoral, etc. Entonces lo que
intentan es captar estas instituciones del Estado para desde allí tener poder de control.
Antes no existía la Función de
Transparencia y Control Social, a la que pertenece el Consejo de Participación
Ciudadana y Control Social, era el Congreso el que elegía esas autoridades. El
Congreso sirvió, en el pasado, como un
gran espectáculo para amarres políticos, cabildeos, compras de votos, etc. Esa
experiencia fue nefasta, de allí que en el orden político hay que esperar qué es lo que se consultará, pero, hasta el momento, sectores de derecha han ganado.
2.- Lenin Moreno dice que la Consulta Popular pretende profundizar la
democracia, una mayor participación ciudadana, absoluta transparencia en la
elección de autoridades de control y más equilibrio entre las funciones del
Estado.
R.- La Constitución del 2008 fue aprobada por una amplia mayoría,
si es que vamos a reformar esa Constitución
se podría consultar sobre la
profundización de los aspectos relacionados con el título VI, que topa el
Régimen Económico y el VII, sobre el
Régimen del Buen Vivir. Si se consultara: ¿quiere usted que estos dos aspectos,
con estos títulos se profundicen, se amplíen y se mejoren?, entonces se
ampliaría nuestra capacidad de democracia social, afectando intereses de élites
económicas ricas.
Pero no va por ahí el asunto. Parece que la consulta
tiene un carácter exclusivamente político, en el orden de atender las presiones
de sectores tradicionales de la
política, que han considerado que la apertura que da el gobierno vale
aprovecharla para captar la Función de Transparencia Social, para desde allí,
ellos definir el poder de las instituciones claves que ya he nombrado anteriormente.
3.- Por su parte, el oficialismo a través de su bloque Alianza País
(AP) en la Asamblea Nacional ya se pronunció por apoyar la Consulta, siempre y
cuando esté orientada a fortalecer la institucionalidad ganada, la ampliación
de derechos y reforzamiento de los mecanismos de transparencia.
R.- Hay dos visiones sobre el proceso político que debe vivir el
Ecuador: el uno es reforzar y
defender lo que se logró en los pasados
10 años, en razón de que hay mucho interés de enterrar esos logros.
Por lo que es necesario resaltar que fue una década ganada y que se adelantó en
mucho la democracia, el desarrollo constitucional ecuatoriano, la modernización
del Estado, etc. Ahora si vamos en pro
de profundizar los cambios, de hecho
habrá más democracia, un mejor Estado, mayor modernización de la sociedad y sin
duda un régimen bajo la Constitución del 2008 que preserva y garantiza las condiciones
sociales, libertades, etc.
Pero hay otra visión, la que pretende que todo lo que
se ganó en la Constitución del 2008 sea tirado al tacho de la historia junto
con el gobierno del ex presidente Rafael Correa. En este sentido, estas
fuerzas sin duda representan a la derecha política y a las élites
económicas más ricas, que quisieran que el Estado y la sociedad funcionen otra
vez bajo sus intereses y sus visualizaciones. En definitiva, están en juego
esas dos posiciones y Alianza País se ubica en la primera posición.
4.-¿ Usted coincide en afirmar que esta consulta popular dividiría
definitivamente la débil cohesión del bloque de AP en la Asamblea Nacional?
R.- El presidente Moreno ya ha hecho una tajante diferenciación
frente al gobierno de Rafael Correa; eso ha provocado los primeros síntomas de
desavenencias internas en AP. Después de la consulta veremos qué sucederá, pero
temo que de acuerdo con las perspectivas que parecen venir con la consulta, se
agrave internamente la división de AP, que ha sido hasta hoy el partido más
fuerte de Ecuador. Y quién sabe qué otras perspectivas políticas vendrán de
inmediato.
5.- Lo singular de este evento es que la Confederación de
Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) y el Frente Unitario de
Trabajadores (FUT) coinciden la derecha en sus preguntas.
R.- Terrible, habría que hacer un análisis en un capítulo especial:
la crisis en que se hallan los movimientos sociales y la antigua izquierda
ecuatoriana. Porque a este mismo sector pertenecen los dirigentes de los
movimientos sociales, tanto el indígena como el de los trabajadores.
Es grave su posicionamiento
histórico, que ha coincidido de una manera increíble con los planteamientos que
ha hecho la derecha política en el país, y
desde hace buen tiempo.
6.- El Vicepresidente Jorge Glas y un grupo de asambleístas de AP piden
una Asamblea Constituyente e inclusive plantean que invitarían a Rafael Correa
para que lidere la lista de AP.
R.- Es una opción interesante, si es que se trata en efecto de
cambiar todo lo que se logró en los 10 años, entonces vayamos a una Asamblea
Constituyente donde se redefinan las condiciones del Estado Nacional o una
nueva Constitución. Sin duda alguna, ahí se van a medir fuerzas con las tradicionales fuerzas de la derecha o
la actual élite económica, ellos también querrán lo suyo. De manera que la
propuesta de la Asamblea Constituyente
no veo por qué tiene que descartarse, si es que se la ha planteado como otra de
las opciones para profundizar, modernizar y desarrollar la sociedad
ecuatoriana. Pienso que es una interesante opción.
7.- El 21 de septiembre marcharon por las calles de Quito
organizaciones sociales en favor de la Consulta y entregaron sus
preguntas, conoce usted las más
importantes?
R.- Allí hay una mezcla de aspiraciones políticas junto a otras
clasistas. Pero como hemos comentado en la pregunta anterior, admira que estos
sectores estén planteando lo mismo que las derechas políticas. Por ejemplo un
ex candidato bancario plantea dos cosas: la no reelección indefinida y reformar
el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, eso mismo han hecho
esos movimientos sociales. Claro aumentan algunas consignas tales como la
renuncia del vicepresidente Jorge Glas,
y entre las consignas clasistas, el libre ingreso a las universidades y
el combate a la corrupción.
No tocan para nada el programa
económico y social de la propia Constitución del 2008, a la que tanto alaban y
a la que dicen que hay que regresar. Entonces deberían hablar de
fortalecimiento de las capacidades del Estado, de mayores impuestos a las capas
ricas y profundización de los derechos sociales y, sobre todo, de los derechos
del trabajador. Porque deben estar
claros que a estas derechas y élites les interesa recortar las capacidades del
Estado, recortar los impuestos redistributivos
y flexibilizar el trabajo. Y
contra esas tesis son las luchas
que deben mantener el movimiento obrero e indígena.
8.- Las bases de AP están indignadas y renuentes a aceptar propuestas
que se alejen de su Plan de Gobierno, que ganó la segunda vuelta el pasado 2 de abril.
Así es, y si es que existiera la
capacidad de escuchar a los sectores populares irían a los barrios del sur,
preguntarían a comunidades rurales, a los sectores informales y a los sectores suburbanos de las grandes ciudades;
veremos que hay un enorme apoyo para que
se profundicen y se conserven aspectos positivos de la Revolución Ciudadana,
particularmente la educación gratuita, la salud, la seguridad social, junto con el reforzamiento de los derechos
laborales y sociales.
Estas cosas no son siempre bien escuchadas y normalmente en los medios
de comunicación, allí actúan más las voces políticas tradicionales, y no las de los nuevos dirigentes sociales
que quieren que se profundicen los
cambios.
9.- ¿Se pretende con esta consulta eliminar todo rastro del correísmo?
R.- Bueno, esa es la aspiración que tienen estos grupos de la
derecha política y económica. Echar al tacho de la historia todo lo que fuera
producto de los 10 años anteriores, esa
es una consigna con la que han obtenido relativo éxito en la coyuntura. Pero
quién sabe qué pueda pasar dentro de pocos meses, cuando la situación social,
cada vez, demande más la profundización
de cambios, que aliente a los sectores
populares y medios en las cuestiones que les benefician en función de la
Constitución del 2008.
10.- Y si no ganan las propuestas de Lenin Moreno en la Consulta ¿cuál
sería el escenario político?
R.- Supongamos que no triunfen las preguntas que someta el
presidente Moreno a consulta. Lo que habría que entender es que hay un rechazo
a sus políticas, por consiguiente es este Gobierno el que tiene que redefinir
sus propias posiciones.
11.- ¿Y el rol de los medios de comunicación en esta coyuntura?
R.- Estamos viendo que hay distintos medios de comunicación. Hay
grandes estaciones TV, radio, prensa que llevan la hegemonía en la información y la creación de una cultura
social y política. Pero hay otros medios, los
alternativos, los de las pequeñas empresas, los medios comunitarios
y los medios rurales. A través de ellos
es necesario potenciar la acción social para mantener el clima de progresismo,
democracia, libertad, avance en derechos, el cuestionamiento al poder y
hegemonía de las capas ricas, las que tienen que definitivamente ser
defendidas en beneficio de la sociedad ecuatoriana.